Los dolores articulares o musculares son muy comunes en las personas que practican ejercicio físico o padecen ciertas enfermedades. La aplicación de frío y/o de calor calman el dolor y son una de las principales medidas no farmacológicas recomendadas para aliviarlo.
¿Cuándo aplicar el frío?
El frío gracias a su capacidad “antiinflamatoria” contribuye a disminuir la inflamación y a calmar el dolor, cuando ha habido un traumatismo, se puede aplicar para evitar el hematoma. o ante un dolor de cabeza,
No se ha de administrar frío a personas con problemas de circulación y sobre heridas abiertas o que no estén curadas.
¿Cuándo aplicar el calor?
Aplicar calor es muy recomendable para tratar el dolor de las articulaciones siempre que no sea debido a un traumatismo, además, acelera el drenaje de procesos infecciosos y relaja la musculatura contraída.
El calor alivia el dolor y los espasmos musculares.
No se recomienda utilizar el calor en heridas abiertas y durante las primeras 24 horas porque aumenta el flujo sanguíneo y favorece el sangrado
Hay que aplicar calor o frío durante períodos alternos de entre 15 y 20 minutos alrededor de dos horas.